"Al sojal ingresaron las maquinarias de siembra, las fuerzas represivas y los compañeros y compañeras que se opusieron a esta medida, con lo cual se desató una represión contra nosotros". |
Arnaldo Ayala, dirigente nacional de la FNC, relata brevemente como cientos de hombres y mujeres de las comunidades de Ara Verá y 8 de diciembre, San Pedro, opusieron resistencia a la sojización. En ambos lugares, las comunidades organizadas ya en tres ocasiones han logrado detener los cultivos.
El combate fue el martes 10 de
diciembre en el distrito de General Resquín, cerca del asentamiento Crescencio
González, en una comunidad denominada Ara Verá, que linda con el latifundio de un brasilero de apellido Araujo
cuya extensión es de aproximadamente 96 mil hectáreas; parte de eso es una
parcela de 1000 a 1500 hectáreas donde se desarrolló esta lucha. El otro lugar
de combate fue en la colonia San Vicente, distrito de General Resquín, en una
comunidad llamada 8 de diciembre. En esta comunidad campesina los brasileros
compraron tierra y tienen cultivadas 20 hectáreas de soja. El sojal de Araujo va desde las comunidades de Naranjito hasta Crescencio
González, cuya distancia es de aproximadamente 50 km, y todo el trayecto es de
plantaciones de soja; una gran parte de las 96 mil hectáreas está cubiertas de
soja”.
¿CÓMO Y CUÁNDO SE INICIA ESTE PROCESO DE
LUCHA?
En su último Congreso Ordinario
(2012) la FNC analizó que este modelo de producción basado en la agroexportación
beneficia a un pequeño grupo y va dejando graves consecuencias, principalmente
la sojización. En ese congreso la FNC tomó una posición y una determinación de
resistencia en las comunidades ante este modelo ya que va produciendo expulsión
de los pequeños productores, además de las enfermedades, la contaminación del
ambiente, envenenamiento. En ese marco es que acá, desde hace dos meses,
también se tomó la decisión de resistir ante la sojización.
Tanto en San Vicente como en
Crescencio González ya en tres ocasiones llegamos a atajar los cultivos con dos
enfrentamientos de por medio con la policía, nos movilizamos en masa de
compañeros y compañeras. Y este martes 10, las fuerzas represivas llegaron
hasta allá con un total de 600 policías, antimotines, montada y un helicóptero
de manera a garantizar el cultivo. Eso sucedió a las 3 de la tarde. Al sojal
ingresaron las maquinarias de siembra, las fuerzas represivas y los compañeros
y compañeras que se opusieron a esta medida, con lo cual se desató una
represión hacia nosotros.
En San Vicente comenzaron cerca de
las 6 de la tarde; se dividieron en dos fuerzas, una fue a Crescencio González
y la otra a San Vicente, donde la policía procedió con mucha brutalidad, la
montada corrió a la gente por la chacra, pisando y descomponiendo cultivos,
abrieron violentamente la ventana de una casa en donde estaban resguardados
niños y mujeres y lanzaron gases lacrimógenos en el lugar. Era lamentable ver
ambulancias que salían de los sojales, previendo ya la posibilidad de
compañeros heridos o detenidos por la policía. Pese a toda esta represión,
compañeros y compañeras lucharon heroicamente para defender su comunidad y
nuestra nación.
En la zona de Crescencio González se
convocaron 300 compañeros y compañeras, y a medida que pasaban las horas se
fueron sumando más personas de las comunidades cercanas. En San Vicente se
congregaron alrededor de 200 compañeros y compañeras. Como consecuencia de este combate y
el atropello de las fuerzas represivas, al día siguiente convocamos a todos los
sectores a una asamblea distrital que se realizó en la Plaza Niño Jesús de San
Vicente. Allí, entre unas 500 personas (hombres, mujeres y jóvenes, algunas
autoridades nacionales y distritales, docentes y comerciantes de la zona)
debatimos los problemas que genera este modelo de producción y sus
consecuencias. Se asumió la postura de seguir resistiendo y de no abandonar la
lucha de nuestro país.
Después de esto los compañeros y
compañeras se replegaron en sus comunidades para hacer trabajo de
concienciación con vecinos, familiares, para evaluar este proceso, lo ocurrido
en la zona, porque a nosotros nos es muy claro que este gobierno de Cartes y su
aparato represivo antes que ayudar al pueblo, lo que hace es reprimirlo y eso
es indignante. Por ello asumimos la postura de ampliar y fortalecer nuestra
organización, de no entregarnos ante esta realidad, porque genera rabia al
pueblo la actitud de las fuerzas represivas y vamos a seguir en la movilización
y en la lucha. Y acordamos también que ante hechos como estos nos convocaremos
como pueblo paraguayo, como campesinado y otros sectores que estén en
desacuerdo con esta mala política para discutir el destino de nuestro país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario